Por un momento deseé encontrarme con Alan (de la película «Qué pasó ayer») y tormarme alguna de sus pastillitas para olvidarme de todo y despertarme al otro día con la mente en blanco… pero ¿qué ganaría?

       ¿De qué me habría servido borrar cassette? Dicen que cuando uno resiste las situaciones y no las resuelve en el momento: VUELVEN A APARECER. Así que decidí hacerle frente a la situación y cumplir con la promesa de «enviar en crudo la grabación a los inscriptos». Total, más que recibir un par de tomatazos virtuales… ¿qué otra cosa podía pasar?

       Y algunos pensarán, ¿Fabiana, de qué grabación estás hablando? Me refiero a la clase virtual «Cómo hacer de tu Talento un Negocio Rentable» que dicté hace un par de semanas. Más o menos en resumen, la cosa se dio así… abrí la sala virtual a las 16:30hs como estaba previsto y los participantes no podían verme. Mientras cambiaba la configuración, en vez de bajar una pestaña ¡¡¡CERRÉ LA TRANSMISIÓN!!! puesto que antes de comenzar, casi «colorín colorado, el cuentito había terminado».

En ese momento se me ocurrían 2 opciones:

  1. Cancelar todo, avisar por chat, inventar alguna excusa y salir corriendo como Forest Gump, que era lo más atractivo…
  2. O quedarme, tardar una eternidad en volver a crear una transmisión y volver a presentarme a los participantes que estaban FIRMES esperando por la clase.

      Como verás, entre una cadena de suspiros, respiraciones profundas y el compromiso puesto en solucionarlo aún bajo presión, tomé la opción 2. Con la permamente asistencia y contención de mi gran amiga y colega Lorena Busso con su típica frase <<el show debe continuar>>

      Empecé de nuevo, de CERO (casi a las cinco de la tarde). Y para completar la odisea… EL CHAT SE CONGELÓ. No podía recibir el feedback y las respuestas de todos, salvo algunos comentarios que me llegaban por el chat de skype.

      Pese a todos estos imprevistos ¿qué fue lo que me convenció de compartir la grabación a los participantes? (además de que lo había prometido)

Fijar mi atención en que, a los que asistieron, escribieron en su hoja de trabajo y se quedaron hasta el final, REALMENTE LES APORTÓ UN GRAN VALOR. Y este objetivo cumplido hacía que lo demás se torne prácticamente irrelevante.

       Soy una fanática admiradora de la serie “Sex and The City” y siempre me había impactado la escena en la que Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) iba desfilando por la pasarela y a mitad del camino, ante la mirada de todos, se dobla el taco de su mega fantástico zapato y cae desparramada… mientras se queda estirada por un momento en el suelo de la pasarela, la siguiente chica, le pasa por encima. Y en vez de volverse llorando al backstage y dejar que “muera la modelo que llevaba dentro” decide levantarse y esplendorosa seguir desfilando para completar su pasada. “Porque cuando las personas caen, vuelven a levantarse y no se rinden”.

       Tenía el ejemplo de una de mis ídolas, así que sabía cómo levantarme y desde luego que funcionó.

       Fue más fuerte mi deseo de ayudar y compartir, que la herida de mi ego por no haber logrado que sea perfecto. Hace un tiempo DECIDÍ tener “tantas primeras veces como fuera posible” de las cosas que me gustan, para experimentar mundos nuevos, salir continuamente de la zona de confort y animarme a más, aunque eso incluya la parte de riesgo y adrenalina que amerita “soltar el control”, total, según la jerga popular “dicen que la primera vez nomás duele”.

       En resumen, básica y profundamente, ésto es lo que aprendí y lo que deseo recomendarte:

TIP 1: cuando tenés una misión y las cosas no están saliendo tal como esperabas, mantené el foco puesto en el “PARA QUÉ”, en lo más importante, en la esencia verdadera que alimenta tu objetivo y así no te vas a distraer ni dudar ante imprevistos. Tener claridad y poner la atención en cuestiones más elevadas te predispone a resolver los desafíos con mayor destreza y precisión.

TIP 2: no tiene por qué “ser perfecto”, SOLAMENTE TIENE QUE SER. Para que algo se pueda mejorar, <<primero tiene que existir>> y para que exista, ¡hay que hacerlo! y sobre la marcha se va ajustando y evolucionando. Las personas que realmente resuenan con vos, no vienen por la perfección de los modelos o presentaciones, vienen porque valoran a LA PERSONA que lo está realizando y el contenido que les estás brindando, sobre todo si lo hacés de corazón.

TIP 3: siempre, siempre, siempre hay alguien dispuesto a darte una mano para resolver cualquier obstáculo que se presenta, el secreto es «dejarse ayudar» y no caer en la idea de que tenemos que hacer todo en soledad. Y cada nuevo desafío, es una oportunidad para aprender y seguir creciendo en conjunto.

♥ ¿A vos te pasó algo similar alguna vez?

♥ ¿Cómo hiciste para levantarte de tus caídas?

♥ ¿Qué sacaste de positivo en la experiencia?

       Hablemos en el espacio de comentarios (o por mensaje privado). Y como les dije a mis inscriptos, si decidís tirarme algún tomate, espero que en el camino se convierta en frutilla.

Cariños y mucho brillo

Fabiana 🙂