A veces nos pasa que nos ponemos en posición de preguntar ¿cuándo voy a ver los resultados? ¿cuándo voy a empezar a cosechar? ¿para qué tanto esfuerzo? Pero resulta que, de cierta forma, no nos detenemos a tomar el 100% de la gracia que se nos da… aunque parezca una locura. Algunos son detalles muy pequeñitos que pasan desapercibidos en medio de la rutina, por eso se nos escapan y nos olvidamos que también son parte de la recompensa. Y para que comprendas a qué me refiero, te voy a dar algunos ejemplos. 

♦ Cuando alguien nos hace un cumplido (referente a los físico), del estilo «qué lindo que tenés hoy el cabello», en muchos casos, la respuesta automatizada suele ser «¡ay no! con esta humedad» o «lo que pasa es que me estuve haciendo xxx tratamiento». Es decir, caemos en la justificación o en responder con la razón de por qué hoy está lindo, en lugar de saltar con un hermoso ¡GRACIAS! y devolver con otro cumplido.

♦ Cuando alguien nos hace un reconocimiento (referente a habilidades o desempeño), del tipo «qué bien que estás creciendo con tu negocio» o «qué rico que te sale el licuado», suele pasar que se lo atribuimos a los planetas alineados, a que la fruta estaba fresca o a la luna llena, en vez de avasallar otra vez con un gigante ¡GRACIAS! y hacernos cargo del mérito.

Vamos un poquito más profundo

♦ ¿Qué pasa con los servicios? Sobre todo para los que recién están comenzando, se acostumbra a repartir recursos gratuitos, sesiones de muestra, trabajos de pasantía o de práctica… y muchos más, pero cuando un cliente les ofrece una paga voluntaria, la rechazan. «No, porque todavía no terminé de estudiar, no porque los demás no lo hacen, no porque qué van a pensar de mí.» (Pasa algo similar cuando alguien nos dice, -vamos, si no tenés yo pago, yo invito- y la supuesta humildad dice -nooo, gracias… la próxima-.)

Y un poquito más…

♦ Creo que el más crítico de los casos se da en muchas personas que «curan» o ayudan a sanar por naturaleza, o quienes desarrollan terapias alternativas, y que no estudiaron (por así decirlo) para ejercer su profesión. No se atreven a «cobrar» por eso maravilloso que hacen. Porque piensan que <<no sería justo cobrar por algo que les sale natural>>.
       Onda, hacemos el trabajo de hormiguita, día a día sembrando cosas buenas y buscando la prosperidad y no nos damos cuenta de que viene disfrazada en experiencias cotidianas, primero en porciones chiquitas… y a medida que vamos tomando esas pequeñas porciones, se empiezan a hacer cada vez más grandes.
        Entonces, cualquiera sea tu caso, quiero decirte que <<Si Dios, el universo o la gracia divina te dio «un don», «un talento único», «habilidades destacables», «posibilidades ilimitadas», «belleza admirable» y múltiples bendiciones más… ES PARA QUE LO DESCUBRAS, LO USES, LO DESARROLLES, LO AGRADEZCAS Y QUE PUEDAS PULIRLO EN POS DE TU BIEN Y EL DE LOS DEMÁS>>.
       Así que para empezar a recolectar la mayor cantidad de frutos posibles y adquieras destreza para cuando te toque cosechar en grande… te propongo lo siguiente:
  1. Cada vez qye recibís un cumplido: en lugar de negarlo o justificarte, ACEPTALO con una Sonrisa y un ¡Gracias! (como mínimo).
  2. Cada vez que te hagan un reconocimiento: en lugar de atribuirlo a las condiciones de turno, ACEPTALO con una Gran Sonrisa, un enorme Gracias! y festejá TU MÉRITO.
  3. Cuando alguien te hace un regalo, ACEPTALO (ya sabés cómo tiene que ser la sonrisa y el tenkiu).
  4. Cuando alguien te invita (y paga) a un evento, fiesta, salida y tu excusa es el dinero, DECÍ QUE SÍ, andá, divertite, pasala genial.
  5. Si un cliente, un familiar, un amigo quiere hacerte una donación o un pago voluntario por servicios que todavía estás prestando de forma gratuita ¡¡¡RECIBILO!!!
  6. Si nunca pensaste en cobrar por tus terapias, sesiones, sanaciones… te sugiero amablemente que empieces a considerarlo. Pues para comer, vestirse, salir a pasear, capacitación, comprar elementos que faciliten la prestación de tu servicio, etc… se usa el dinero. Cobrar por lo bueno que sabés hacer no te va a convertir en una mala persona, solamente va a POTENCIAR LO QUE YA SOS.
  7. ¿?… ¿Qué otro tip proponés?

       En resumen: aceptar, agradecer y valorar toda la fruta que encuentres en el camino.

♥ ¿Qué pensás al respecto?

♥ ¿Cómo respondés ante una muestra de generosidad?

♥ ¿Te identificás con algunos de los puntos que nombré?

       Seguimos conversando en los comentarios (o por mensaje privado) para que la canasta se llene pronto 😉

Te deseo un excelente día y la vida de tus sueños. Cariños y mucho brillo

Fabiana 🙂