Si nos damos cuenta que ya estamos dentro de incendio a último momento -sin haber podido evitarlo a conciencia- ¿qué hacemos? Si tenemos la posibilidad de contar con el camión de bomberos para que lo apague en minutos, ¿dejaríamos de lado esa opción para tirarle vasitos y jarras de agua mientras se sigue propagando? Seguramente que no. Creo que la lógica y el instinto de supervivencia nos ponen en -modo alerta- para recurrir inmediatamente a la solución más ecológica, rápida y efectiva. En cuestión de segundos, el cerebro se pone al 100% para resolver y actuar, pareciera que “prácticamente sin pensar”.

       ¿Pero qué pasa con esta supuesta lógica en la vida cotidiana y sobre todo en los negocios? Últimamente estoy descubriendo en mis clientes y alumnos principiantes que están apagando sus incendios con vasitos de agua y regaderas. Es decir, están combatiendo el síntoma, en lugar de la raíz. Al poco tiempo de trabajar conmigo, o incluso en la primer sesión, se dan cuenta de que poseen herramientas más potentes que tenían escondidas y se animan a comenzar a usarlas solitos.

       A diferencia de las situaciones límite, parece que en la rutina diaria, las cosas funcionan más light. Parece que de a poquito nos vamos metiendo en problemitas, como esa rana que dicen que le van calentando el agua de a poco y como se va acostumbrando lentamente al calor, después no le quedan fuerzas para saltar. Nos vamos adaptando de a poco a la mala racha, a los problemas, a los cachetazos de la vida uno tras otro, y cuando estamos tocando fondo, empezamos a dar manotazos de ahogado queriendo resolver las urgencias, al estilo licuadora sin tapa… desparramando más problemas y tirando fruta para cualquier lado. Entonces, en vez de un problema, ahora tenemos más que varios.

       El backstage del caos: ¿Cómo llegamos a esto?

       Primero porque a veces pasa que esperamos que nos llegue el agua al cuello para salir a pedir un salvavidas, en vez de prepararlo y tenerlo a mano antes de meternos al agua. Segundo porque esperamos que nos llegue el agua al cuello para salir a pedir un salvavidas y tercero porque esperamos que nos llegue el agua al cuello para salir a pedir un salvavidas.

       Y me vas a decir, pero Fabiana! no se puede preveer TODO! Exacto, en eso estoy de acuerdo. Lo que sí aprendí, en estos años de emprendimientos, entrenamientos y capacitaciones de prueba y error, es que SE PUEDEN DISMINUIR LAS PROBABILIDADES DE QUE LAS PAPAS QUEMEN.

       Respuesta rápida: PLANIFICAR. Como dice Covey, diferenciar lo urgente de lo importante, y dedicarle la mayor parte del tiempo a lo importante (para que no se transforme en urgente en el futuro). Este es un tema para charlar y PRACTICAR EN PROFUNDIDAD. De todos modos, en este artículo vamos a enfocarnos en el otro extremo. Cuando ya es un hecho que por no haber planificado e invertido tiempo en lo importante, ya estamos en medio del caos y no sabemos cómo salir, de nuevo, cuando ya estamos con el agua al cuello.

Volvamos a esto del síntoma. Si por casualidad te pasa algo así como que…

  • Te estás quedando sin dinero para irte de vacaciones (o peor, sin siquiera poder cubrir los gastos básicos)
  • Tu negocio o emprendimiento se está yendo a pique y las estrategias de venta no te están funcionando como esperabas
  • Tenés un problema de salud (o varios, uno tras otro que se están consumiendo tu energía y tus ahorros)
  • Tenés una adicción o hábitos autodestructivos que se están devorando tu autoestima y te invade la culpa
  • Tenés problemas en el trabajo, con tus compañeros, con tu jefe o con los clientes y lo que estás haciendo todos los días para cobrar un sueldo a fin de mes no te llena del todo el alma
  • Te surgen reiteradas peleas con tu familia, tu pareja, tus amigos y llegás a sentir que les estás fallando en la relación
  • o algunas cosas más…

       Lo ajetreado de todo esto es que a veces nos pasan todas juntas. Y la verdad es que sé cómo se siente que la rueda de la vida en ocasiones se te transforme en un samba o tren fantasma. Pero dejame decirte que TODAS ESTAS COSAS QUE PASAN SON SÓLO SÍNTOMAS.

       Nos pasamos combatiendo los síntomas que vemos por fuera, en lugar de ir a la raíz que viene de adentro. Ahh… ¿y cómo es eso de la raíz? Significa que hay algo más adentro que es lo que provoca todas esas cosas que aparecen externamente.

       He aquí otro ejemplo, por lo general si el hígado se inflama, provoca dolores de cabeza, dolores de espalda, mal estar, sueño… Si tomamos un analgésico, los dolores temporalmente van a desaparecer, pero como el hígado sigue inflamado, lo más probable es que reincidan. En cambio, si tomamos un medicamento hepático, estamos curando directamente el hígado y todos los demás síntomas desaparecen en consecuencia. Al curar la raíz, se sanan todos los dolores que derivan de ahí.

Para decirlo sin filtros:

  • drogarse es un síntoma
  • fracasar es un síntoma
  • practicar hábitos autodestructivos o inefectivos es un síntoma
  • angustiarse, sentir tristeza, (y demás emociones) es un síntoma
  • pelearnos con las personas que más amamos es un síntoma
  • estar frustrado e insatisfecho en el trabajo es un síntoma
  • no generar abundantes cantidades de dinero es un síntoma
  • qué más se te ocurre?

       Genial, nos estamos entendiendo, pero te estarás preguntando ¿síntoma de qué? y ahí está la parte interesante en la que nos toca jugar a la búsqueda del tesoro. Si tenemos ganas de resolver problemas y preguntas, ésta es la que debemos resolver ¿Cuál es la raíz que provoca todos estos síntomas?

♦ Pista 1: se encuentra adentro, la raíz es interna (no está en tus amigos, ni en tu jefe, ni en tu médico, está en TU INTERIOR)

♦ Pista 2: se trata de situaciones NO RESUELTAS del pasado. En muchos casos, detonados por hechos que sucedieron a edad muy temprana, en la niñez y agravados en la adolescencia.

♦ Pista 3: y prestá atención a ésta, en principio no es específicamente el hecho sucedido la gran raíz, sino LO QUE PENSAMOS en base a eso que sucedió.

♦ Pista 4: si fue algo MUY doloroso o traumático, puede que hasta incluso esté reprimido en el subconsciente (de eso se encarga, de esconder información para protegernos, pero al mismo tiempo esa información escondida está provocando síntomas negativos).

♦ Pista 5: la decisión de descubrirlo e implementar la cura, es TUYA (los demás pueden ayudarte, pero la decisión es tuya). Y hacerlo por ESCRITO suma puntos extra 🙂

       Entonces, el síntoma o los síntomas que puedas identificar, serían la punta del ovillo para que empieces a investigar, hasta llegar al centro que lo provoca todo. Vas a llegar a la primera raíz y de a poco vas a ir descubriendo raíces más profundas.

       Retomando lo del ejemplo del hígado, esa sería como una primer raíz. Pero ¿qué es lo que provocó esa inflamación? En principio sería un alimento o cadena de alimentos que lo fueron lastimando de a poquito. Entonces una segunda opción de cuidado más profunda, sería una alimentación más sana y saludable.

       Si continuamos al siguiente nivel, lo que podemos llegar a encontrar es que lo que provoca realmente el dolor es un “modelo de pensamiento”, aprendido del entorno, de nuestros padres, de los medios… algo así como -si comés eso te va a caer mal-. Y siguiendo en lo que respecta a líneas de pensamiento, en un nivel casi invisible, llegaremos a descubrir que en el hígado se depositan la cólera y los pensamientos más primitivos. Sería como ir avanzando en las capas de la conciencia, como los niveles de un videojuego. Hay que pasar el primero con éxito para poder abrir la puerta al siguiente.

       Y ahora me vas a decir, genial! ya lo entendí… y ahora que comprendí cómo funciona y que encontré la raíz ¿qué hago? Pues ahora, a SANAR. En el fondo, las raíces son miedos y resentimientos no resueltos. Como dice Luise L Hay en “Usted puede sanar su vida” <<Las úlceras, no son más que miedo, un miedo tremendo a “no servir para”. Tenemos miedo de no servir a nuestros padres o de no contentar a nuestro jefe. No podemos tragarnos tal como somos y nos desgarramos tratando de complacer a los demás. En este punto, la respuesta es el AMOR. La gente que se aprueba y se ama a sí misma jamás tiene úlceras. Sea dulce y bondadoso con el niño que lleva dentro, y ofrézcale todo el apoyo y estímulo que usted necesitaba cuando era pequeño.>>

       En mi caso, me llevó muchos años poder llegar a descubrir algunas raíces tan profundas, y sobre todo poder [abrirme] y estar dispuesta a resolverlas, sanarlas y dejarlas ir. Aceptando que no era necesario hacerlo sola. Que para ayudarnos a encontrar, identificar y sanar esas raíces están los expertos ¿no?

       Ahora lo que te propongo es que cada vez que algo suceda, antes de preparar el antídoto te preguntes

  • ¿ES ESTA LA RAÍZ O ES SÓLO UN SÍNTOMA?
  • ¿QUÉ OTROS SÍNTOMAS APARECEN?
  • ¿CUÁL ES LA RAÍZ, LA SEMILLA QUE LOS PROVOCA?

         Espero que, como a mis alumnos, esto te sea de gran utilidad y comiences a aplicarlo cuanto antes para avanzar con más precisión, calidez y brillo experimentando a pleno la felicidad. Contame sobre vos en los comentarios para que podamos nutrirnos y aprender en conjunto.

♥ ¿Qué pensás acerca de esto?

♥ ¿Cómo estás apagando tus incendios?

♥ ¿A quién podés pedir ayuda para identificar tus síntomas y sanarlos de raíz?

Gracias por invertir en VOS!

Fabiana 🙂